Como poner precio a tus manualidades

Publicado por Barbara Franchesca Polcheira en

Claves para poner precio a tus manualidades sin regalar tu trabajo (ni tu tiempo)

Poner precio a lo que hacemos con las manos puede ser una de las partes más difíciles del proceso creativo. Lo sé porque yo también he estado ahí.

Cuando empecé con Mrs.Candles, tenía mil dudas: ¿Cobro mucho? ¿Muy poco? ¿Quién va a pagar por esto? ¿Cómo le pongo valor a algo que me sale del corazón?
Y con el tiempo aprendí una verdad sencilla, pero poderosa: nuestro trabajo vale. Y mucho.

Hoy quiero compartir contigo lo que he aprendido sobre cómo valorar tus manualidades con porcelana fría de forma justa y profesional, sin perder la esencia artesanal ni la conexión emocional que le damos a cada pieza.


1. No estás vendiendo “un objeto”, estás vendiendo una experiencia

Cada vez que alguien compra algo hecho a mano, no lo hace solo por el resultado final.
Lo hace porque busca algo con intención, con alma, con emoción. Algo que hable de su historia, o de la de alguien que quiere mucho.

Por eso, lo primero que quiero que tengas en cuenta es esto: no estás compitiendo con precios bajos de fábrica.

Tampoco estás compitiendo con regalos impersonales, decoraciones producidas en serie, cosas hechas para todo el mundo… y para nadie en particular.

Y lo tuyo, lo que tú haces, está lleno de intención, de mimo, de alma.

Eso tiene un valor inmenso.



2. Lo que nunca deberías facturarle al cliente final (y sí, lo hemos hecho todos…)

Muchas veces, cuando empezamos, solo sumamos el coste de los materiales.

  • “Esta masa me costó 4 €, gasté 1 €, y el barniz otros 50 céntimos… bueno, le cobro 3 € y ya.”

¡No!

Con ese cálculo te estás dejando fuera:

  • El tiempo de diseño.

  • Las pruebas previas.

  • La atención al cliente.

  • El empaquetado.

  • La comunicación.

  • Y sobre todo: tu energía, tu creatividad, tu conocimiento.

PEEERO... por otro lado...

No podemos —ni debemos— facturar absolutamente todas las horas a un cliente en concreto que pasamos consu pieza.
Hay días en los que probamos técnicas nuevas y tardamos más porque estamos aprendiendo.
Hay momentos en los que repetimos una figura tres veces porque no nos convence el resultado.
Y a veces, simplemente no fluimos: el día no acompaña, la inspiración no llega, o nos frustramos.

¿Eso significa que vale menos? No. Pero sí significa que hay que aprender a ajustar, imagina que todas esas horas son tu i+D, tendrás que aprender a ajustar y saber el valor añadido por esas horas de trabajo haciendo pruebas.

Yo, con el tiempo, he aprendido que el precio ideal no es una fórmula matemática exacta, sino un equilibrio.

Es el punto en el que te sientes cómoda con lo que entregas y lo que recibes a cambio.
Con la atención personalizada, con los detalles extra, con el mimo que le pones.
Con la experiencia que estás ofreciendo, más allá del objeto.

Es algo que se va afinando, con práctica, con observación, con honestidad.



3. ¿Cómo poner precio a tus piezas sin miedo?

Aquí te dejo una base útil para empezar:

Costo de materiales + (horas estimadas × tarifa justa) + valor creativo + margen de beneficio = precio final

No te obsesiones con la exactitud. Ve anotando, observando y sobre todo: sintiendo si lo que estás cobrando te compensa.
Y si no… ajusta. Aprende. Sube cuando crezcas. Baja si lo sientes.


Pero nunca, nunca lo regales por miedo o por culpa.



4. Crea productos que comuniquen su valor

A veces el problema no es el precio... es cómo lo contamos.
¿Tu cliente entiende por qué vale lo que vale lo que haces?

Muestra tu proceso.
Explica el porqué de tus materiales.
Habla del valor de lo personalizado, de lo único.
Cuando yo enseño lo que hay detrás de una figura de Mrs.Candles, muchas personas me dicen:

«Ahora entiendo por qué esto no es solo una figurita. Es un regalo con historia.»

Eso es lo que vendemos. Una historia hecha a mano.



5. La atención personalizada: tu superpoder

Uno de los valores más grandes que puedes ofrecer como artesana es la atención que das.

En un mundo de respuestas automáticas, tú escuchas.
Te tomas el tiempo.
Preguntas, entiendes, creas con esa persona en mente.
Y esa atención no solo se nota… se agradece.
Y vale. Mucho.

En Mrs.Candles, esta ha sido siempre mi forma de trabajar.


Con cercanía, con diálogo, con complicidad.



6. Confía en ti. En tu trabajo. En tu valor.

Sé que a veces cuesta ponerle precio a algo que nos sale del alma.
Pero eso no significa que no lo tenga.
Significa que necesitamos aprender a mirarlo de otra forma: con respeto, con orgullo, con claridad.

Eso es lo que te diferencia.
Y ese valor, aunque no se mide en euros… merece ser pagado con justicia.

No estás cobrando por la masa ni por el pegamento.

Estás cobrando por todo lo que solo TÚ puedes hacer con tus manos, tu tiempo y tu historia.



¿Te ha pasado esto? ¿Te cuesta poner precio a tus creaciones? ¿Te has sentido culpable por cobrar lo que vale tu trabajo?

Déjame un comentario, que entre todas podemos seguir aprendiendo a valorarnos mejor.

✨ Con cariño,
Barbara
Creadora de Mrs.Candles y Crea con Porcelana Fría


Compartir esta publicación



← Publicación más antigua


0 comentarios

Dejar un comentario

Por favor, tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados